A finales del siglo XV y comienzos del XVI llegará a la zona actualmente conocida como Casa Ayala, Guillén de Ayala, con apellido de origen vasco, al igual que el de muchos otros conquistadores.
No consta que este personaje estuviera relacionado con la conquista de la isla, pero sí que llegó por aquellos primeros momentos y se hizo con un considerable lote de tierras en la desembocadura del Barranco de Tenoya, que es posiblemente un antepasado del licenciado Gaspar de Ayala, Teniente de Gobernador de Canarias, padre del capitán homónimo que fuera regidor y abuelo de Maria Ana o Mariana de Ayala que se casaría con el capitán Agustín Inglés del Castillo.
Allí construyó su hacienda, justo en la ladera del Barranco, en lo que hoy en día se sigue conociendo como Casa Ayala y en su momento se conoció como la casa de Guillén de Ayala. Plantó los terrenos colindantes y sus posesiones llegaron al Llano del Mar, lo que hoy es conocido como Costa Ayala.
Hay una referencia documental cuando, el 21 de abril de 1671, los herederos del Capitán Bartolomé de Muxica Lezcano y Ambrosia Serrate de Figueroa, vecinos que habían sido de esta isla, dan su consentimiento para que se puedan vender sus posesiones, entre las que se encontraban: «… una suerte grande de tierras de labradío en Tamarasaite, en la Cruz del Ovejero, otra suerte denominada Los Guirres, en el Cardonal de Tamarasaite que llaman Cuevas Blancas, lindaban con los Cercados de Guillén de Ayala, a la pared a dar al Llano del Mar…».
Con posterioridad, en el testamento otorgado por José Álvarez Castro Godoy, Maestre Escuela y Dignidad de la Catedral, dice ser propietario por compra de la mitad de un cortijo de seis fanegas y seis celemines, denominado de Ayala, en Tenoya, con un día y una noche del Heredamiento del Barranco Real y otro cuarto de agua con su nombre del dicho heredamiento; una suerte de tierra situada en medio del Cortijo de Ayala por compra; otra suerte de tierra con su derecho de agua del Heredamiento de Tenoya en el Cortijo de Ayala; y otra suerte de tierra labradía en Casa de Ayala.
Pero también otros lugares en el actual Tamaraceite, entre La Montañeta y Lomo de Los Frailes, recibieron desde siglos atrás otro topónimo genérico vinculado a este apellido, como lo prueba el testamento de Josefa Castillo Olivares, viuda del Maestre de Campo Antonio Trujillo Vergara, que el día 13 de junio de 1704 dice tener 68 fanegas y 10 celemines de un «Cortijo labradío con sus casas de campo denominado la Hoya de Ayala en Tamaraceite» que había comprado.